Capítulo 6: Mi parto (parte2)

Al hacerme el tacto, la comadrona nos comentó que el cuello estaba intacto y no había nada de dilatación, así que pensé: -Esto va para largo... ya se me pasaba de todo por al cabeza, me dió pena ya que con todo lo que había visto y leído pensé, seguro que acaba en cesárea, qué aunque no pasará nada, todas vamos pensando que será un parto vaginal e idílico, y tras toda nuestra aventura para llegar hasta aquí, quería ver a mi pequeña pronto y bien. Después de medirme tensión y ponerme las correas, vino una enfermera de prácticas a ponerme la vía... Recordaros mi pánico a las agujas, a pesar que después de tantos pinchazos ya estaba algo curada de espantos, me tocó ella... Al principio todo bien ya que no noté el pinchazo pero, tachán, no encontraba la vía, me pongo nerviosa, el bebé se pone nervioso y mi pareja tuvo que decirle a la comadrona si por favor, podía ser ella la que me pusiera la vía ya que me estaba empezando a poner nerviosa y a subirme la tensión. Así que, vieron que mi fobia a las agujas era real, el resto del parto fue más fácil. Cuando ya llevaba 30 minutos monitorizada, vieron que las contracciones iban muy lentas y me llevaron a una habitación, me dijeron que allí iba a instalarme cuando tuviera el bebé, que me pusiera cómoda y que en 4 horas me venían a buscar. Yo, al no llevar ya los monitores, me dediqué a caminar por la habitación para acelerar el parto como había estado leyendo y escuchando en las clases de preparación al parto. Y así fue cómo poco a poco la cosa se iba poniendo interesante y fue subiendo la intensidad de las contracciones y su duración. Llegó un momento pasadas 2 horas que ya no podía aguantar los dolores pero pensé, si me han dicho 4 horas, aguanta que aún te queda, pero las contracciones eran cada dos minutos y duraban casi 1 minuto. Mi pareja me dijo si quería, iba a buscar la pelota, pero no tenía ganas de nada y el dolor no me dejaba pensar con claridad... Así que seguí con caminatas por la habitación, y a pedirle a papi que me diera masajes en los riñones. Pasadas 4 horas... pasaban 40 minutos casi de las 4 horas apareció un camillero que me llevó hasta la sala de partos. Una vez allí, me tumbaron para que me realizará un tacto y mirará como iba todo. Yo le comenté que me dolía muchísimo y que las tenía muy seguidas, pero su respuesta fue: -Toda venís igual... ahora te miraré pero vamos...estás verde seguro. Así que se puso un guante y al hacerme el tacto me dijo: -Madre mía, tenías razón, estás de 4 cm y has borrado el cuello y todo, esto va muy rápido, voy a llamar a la anestesista. Si es que... nadie me hacía caso... y yo sabía que aquello iba muy, muy rápido. Bueno, en 5 minutos subió la anestesista, una chica muy maja, argentina que lo primero que le dije fue: -Tengo muchísimo miedo. A lo que ella me respondió qué estuviera tranquila, que todas íbamos con el mismo miedo y que no iba a notar nada, que si en algún momento sentía algo, me dolía o me sentía incómoda que la avisará y ella pararía. Así que me prepararon todo, le dijeron a papi que saliera de la sala hasta que la anestesista acabará, me abrieron la bata, me llenaron de desinfectante la espalda y me dijo: - Ahora notarás tres pinchazos de anestesia que te voy a poner subcutánea para dormir un poco la zona, picarán pero sera cuestión de dos segundos, después el picor desaparecerá. Y así fue, noté un picor durante uno o dos segundos y ya está. Al acabar me dijo, que desde ese momento estuviera muy, muy quieta y que la avisará cuando tuviera una contracción, que iban a esperar hasta que tuviera una. Cómo eran tan seguidas, no tuvimos que esperar ni 1 minuto, y me agarró una enfermera por delante para que no me moviera. Mientras la tenía me iba contando qué, cuando está acabará, la avisará y entonces que yo tenía que respirar hondo y contar hasta tres mientras echará el aire y cuándo acabará ella pincharía. Cuándo acabó la contracción le avisé, cerré los ojos y conté hasta tres, no llevaba ni uno que la chica me dijo: - Ya está, voy a conectarte el catéter. Después de todo lo que me habían contado, ya estaba... a lo que más miedo tenía ya había pasado. Todo iba pasando muy rápido. 

Comentarios